Pacientes recuperados de covid-19 toman “segundo aire” en clínica de rehabilitación pulmonar del Edomex

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  • En sesiones de una vez a la semana se atienden trabajadores IMSS y derechohabientes
  • Se logra retirar oxigeno suplementario luego de mejorar los pulmones

Caer en los terrenos del COVID-19 y salir de ellos ya es un triunfo; pero carrera conta la enfermedad tiene dos metas, la segunda es rehabilitarse. Pacientes que se mantuvieron en hospitalización y posteriormente en una etapa de cuarentena, se encuentran en periodo de rehabilitación, debido a que las secuelas del virus les ha dejado los pulmones con algunos daños.

La técnica en Terapia Respiratoria, Gabriela Mancilla Medina, encargada de la Clínica de Rehabilitación Pulmonar del Hospital General de Zona (HGZ) No. 57 “La Quebrada”, enfoca su trabajo en estos pacientes recuperados para que sus pulmones recuperen su tamaño y función normal. Explicó que “luego de la enfermedad quedan como un globo sin aire, compactos”.

A base de trabajos, en cada sesión se van fortaleciendo y abriendo poco a poco, recuperando su tamaño normal. Se hace una rehabilitación cardiopulmonar para mejorar su eficiencia física y así disminuir el uso de oxígeno suplementario y llegar hasta el retiro del mismo”.

Detalló que el espacio de trabajo se alterna en ocasiones en la clínica y otras veces en el jardín del hospital. “Las terapias se realizan con grupos pequeños de 6 o 7 personas. En este momento son 25 a las que se les da rehabilitación, 15 son trabajadores IMSS y 10 son derechohabientes quienes reciben sesiones de 40 minutos, una vez por semana”.

Además de los ejercicios que indica la terapista, se utilizan algunos aparatos especializados como Acapella, Triflow, Inspirómetros Incentivos y EZPAP, con los que se van fortaleciendo los pulmones. Tres de los trabajadores IMSS que toman la terapia aseguran que las sesiones les han ayudado a mejorar su respiración.

Omar Isaac Vicenteño, de 43 años, inició con COVID-19 hace poco más de 45 días; las secuelas que le dejó la enfermedad fueron mareos y fatiga al caminar espacios largos o subir escaleras. “Ahora, después de las sesiones de rehabilitación ya puedo subir tres pisos; antes ni agua podía tomar, sentía que me ahogaba”, dijo.

María Araceli Hernández Hernández, de 45 años, quien recién se reincorpora a la “Nueva Normalidad”, señaló que las secuelas que presentaba eran tos, mareo por falta de oxigenación y cansancio extremo, “sobre todo al subir escaleras; apenas he llevado a cabo dos sesiones, pero es mucha la mejoría. Le pido a la gente que no cree en esta enfermedad que se cuide y tome sus medidas de seguridad e higiene”, señaló.

Por último, Edith Mendoza García, de 36 años, indicó que hasta hace un mes “no podía subir escaleras; el cansancio es menor cuando camino, y gracias a los ejercicios, ya me siento mejor. A las personas que no se han contagiado me gustaría pedirles que pongan un poquito de su parte, no solo por ellos, sino por los que sí estamos dispuestos a cuidar de la salud de los demás”.