TEXCOCO, Edomex, Estado de México.- Texcoco, Atlacomulco, Ozumba, Tenango del Valle, Chicoloapan, Tenancingo, Tepetlixpa, Villa Guerrero, Chimalhuacán y Malinalco son los principales productores de la emblemática flor de cempasúchil, también conocida como «flor de veinte pétalos», que cubre el 75% de la demanda estatal para la celebración del Día de Muertos.
Según la Secretaría del Campo del Gobierno del Estado de México, la floricultura es una de las actividades económicas más rentables en la entidad.
La temporada de Día de Muertos es la segunda más importante para los floricultores, generando una derrama económica superior a los mil 068 millones de pesos, solo detrás del Día de las Madres.
Durante esta temporada, las casas, panteones y mercados se llenan del característico aroma y color del cempasúchil, acompañados por otras flores como nube, alhelí y terciopelo morado, las cuales también juegan un papel esencial en la decoración de ofrendas.
La producción de terciopelo morado se concentra en municipios como Tonatico, Villa Guerrero, Malinalco y Ocuilan, con un valor de producción que supera los 14 millones de pesos.
La flor de cempasúchil no solo tiene un valor ritual en la cultura mexicana, sino que su producción también tiene aplicaciones industriales. Además de su uso tradicional en ofrendas, el cempasúchil es utilizado en la fabricación de pigmentos naturales. Aunque países como China, Perú e India son líderes en este mercado, México sigue siendo el referente cultural y agrícola.
Una oportunidad clave para los productores del Estado de México es explorar el valor agregado del cempasúchil en industrias como la cosmética, alimentaria y textil, lo que podría generar nuevas oportunidades de negocio para la región.
La tradición dicta que el olor y color intenso de esta flor ayudan a guiar a las almas de los difuntos durante su regreso el 1 y 2 de noviembre, lo que ha convertido al cempasúchil en una pieza central de las celebraciones de Día de Muertos.
