Toluca, Estado de México, 5 de junio de 2025. — Una presunta red de corrupción opera al interior de la Coordinación de Grupos Tácticos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM), encabezada por Mario Saldívar Pérez, actual Encargado de Despacho de dicha coordinación, quien sería el principal operador de un esquema que genera ganancias millonarias cada mes.
De acuerdo con información obtenida por este medio, bajo el mando de Saldívar se encuentran cerca de 900 elementos de la Fuerza Especial de Seguridad (FES), desplegados en las regiones del Valle de Toluca y Valle de México.
Aunque en los registros oficiales presentados ante la Coordinación Administrativa de la SSEM el índice de asistencia del personal supera el 98 %, en la práctica cerca de la mitad del personal no se presenta a trabajar de manera regular.
En días recientes, la Unidad de Asuntos Internos abrió una investigación tras recibir decenas de quejas de elementos activos, quienes denunciaron estar obligados a cubrir dobles o hasta triples turnos debido a la ausencia de numerosos compañeros que pagan cuotas para evitar presentarse a laborar.
Según los testimonios recabados, al menos 450 elementos conocidos como “voladores” pagan una cuota mensual de $5,000 pesos para mantenerse en nómina sin presentarse al servicio, acudiendo únicamente a firmar sus recibos de pago.
Este esquema estaría generando ganancias mensuales cercanas a los $2,250,000 pesos, las cuales, aseguran fuentes internas, son recabadas por los jefes de grupo y entregadas directamente a Mario Saldívar Pérez.
Asimismo, trascendió que el propio Saldívar habría manifestado que los recursos recaudados deben ser entregados en persona al Subsecretario de Seguridad, Carlos Alberto Hernández Leyva.
Ante la gravedad de estas denuncias, la Contraloría Interna realizó en días recientes una inspección en las oficinas de Saldívar, luego de recibir reportes sobre la presunta existencia de maletas con grandes sumas de dinero. Hasta el momento, las autoridades no han dado a conocer públicamente los resultados de esta inspección.
Este caso vuelve a poner en la mira los graves problemas de corrupción que persisten al interior de las corporaciones de seguridad en el Estado de México, mientras miles de elementos honestos enfrentan condiciones laborales precarias y jornadas extenuantes.