Contrapapel.- La tarde noche de este lunes, una torrencial lluvia acompañada de granizo provocó que las calles de los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Huixquilucan, Zumpango y Atizapán de Zaragoza, se convirtieran durante horas en ríos.
De acuerdo con las autoridades de Protección Civil, la tormenta provocó inundaciones de hasta 80, 60 y 40 centímetros en los cinco municipios del Estado de México.
El nivel de granizo fue tal que algunos automóviles y jardineras de las viviendas de Satélite, Lomas de Bellavista, Lomas Verdes y en Vía Jorge Jiménez Cantú que comunica con la presa Madín y Zona Esmeralda, quedaron bajo el agua.
Hasta el momento, se desconoce el número de autos que fueron arrastrados por la corriente, pero con base a reportes en redes sociales, fueron al menos ocho vehículos arrastrados y otros cinco quedaron bajo el agua.
En el municipio de Zumpango, el cauce del agua afectó a cerca de 170 viviendas, principalmente a las ubicadas en Villas de Zumpango.
En Tlalnepantla un automóvil quedó cubiertopor el agua en el paso a desnivel de Mario Colín y Boulevard Manuel Ávila Camacho.
Algunos fraccionamientos como Pirules la corriente arrastró varios autos y otros fueron dañados por la cantidad de hielo provocada por la granizada.
En puntos como la Glorieta de La Romana, Los Pirules, Avenida San José esquina con la autopista México-Pachuca. Valle Dorado, el agua también sacudió el interior de las viviendas.
En Atizapán de Zaragoza, el agua dejó inundada la planta baja y el sótano del Palacio Municipal, además del pueblo de Calacoaya, sitios donde pese a los cambios de Administración, siguen padeciendo los estragos del agua y la mala planeación del drenaje.
Tal es el nivel de la lluvia que los pacientes del Hospital General del Herrejón de Atizapán tuvieron que ser sacados hasta los patios, pues las salas de Urgencia y de Pediatría se encontraban llenas de agua.
En redes sociales, se exhibió como los bebés en Incubadora y otros recién nacidos fueron llevados hasta el exterior pese a los riesgos que implica el tenerlos a la intemperie.