El gobierno de Acolman, encabezado por Rigoberto Cortés Melgoza promovió la inscripción de la tradicional piñata ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial y la convirtió en una pieza patrimonio cultural municipal.
Durante una conferencia de prensa en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México, el edil presentó la marca colectiva que busca reconocer y proteger la actividad de unos 120 artesanos de esta localidad.
Además, Corté Melgoza sostuvo que la Feria Internacional de la Piñata ha permitido impulsar a los artesanos durante los 38 años en que se ha organizado dicha festividad.
Osvaldo Cortés, presidente del DIF y del comité organizador de la Feria de la Piñata, explicó el proceso que se está llevando para conservar la tradición histórica e impulsar la producción artesanal como un componente económico para las familias.
“Lo que buscamos es darle ese reconocimiento de origen a la piñata, pero también estamos en un proceso de replantear la producción, de darle fortaleza para que siga creciendo el volumen, sin perder que sea un producto artesanal”, explicó.
Destacó que el ex convento de Acolman es el sitio donde nació la piñata, cuando en la época de la Conquista, los frailes Agustinos evangelizaban a la gente con el producto tradicional.
La tradicional y colorida pieza de siete picos representa los pecados capitales y el Palo hace alusión a la fuerza para luchar contra las tentaciones del demonio.
Además, las autoridades reconocieron que aunque en otros municipios y entidades se produce la piñata en distintas variedades, en Acolman se conserva la producción de la piñata tradicional, con alrededor de 25 mil piñatas producidas solo en la temporada navideña.
“La piñata es un símbolo de México en el mundo; en el extranjero ven una piñata y de manera automática se piensa en los mexicanos, pero lo que buscamos es que también piensen en Acolman, que nuestro municipio tenga ese reconocimiento ya que ha hecho un aporte importantísimo a la cultura mexicana”, expresó Osvaldo Cortés.
Agregó que estarían abriendo otro abanico de piñatas para que los artesanos puedan producir y vender todo el año.
