Redacción Contrapapel.-
Para evitar que el PRI enfrentara una catastrófica derrota en su histórico bastión electoral, el gobierno federal de Enrique Peña Nieto operó el programa de espionaje Pegasus en favor del ahora gobernador Alfredo del Mazo Maza.
De acuerdo con una investigación realizada por la Revista Proceso, Aristegui Noticias y más de 80 periodistas de 17 medios repartidos en 10 países, coordinada por Forbidden Stories con el apoyo técnico del Security Lab de Amnistía Internacional, en 2017, Peña Nieto envió a integrantes de su gabinete a hacer proselitismo para su gobierno.
Desde un par de meses antes del arranque de las campañas y hasta pocos días después de la votación del 4 de junio, la agencia seleccionó en su plataforma del spyware Pegasus los números telefónicos de Delfina Gómez Álvarez, Juan Zepeda Hernández y Josefina Vázquez Mota, de Morena, del PRD y del PAN, y de sus círculos familiares.
Además de Gómez Álvarez, aparecían los números del operador de su campaña, José Ramón López Beltrán, hijo de López Obrador, Horacio Duarte Olivares, ahora a cargo a de las Adunas y su vocera Nayeli Castillo.
Aunque no se identificó el número de teléfono de Higinio Martínez Miranda, el cacique de Texcoco, aparecen los de gente cercana a él, como Victoria Anaya.
El subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, Alejandro Encinas Rodríguez, ex candidato al gobierno del Estado de México, y quien denunció públicamente que se trató de una campaña fraudulenta, y una elección de Estado, también apareció en la lista.
En más de 90 visitas públicas a municipios mexiquenses, los secretarios encabezaron acciones de propaganda: distribuyeron tarjetas de prepago, costales de fertilizantes, uniformes escolares, viviendas sociales o títulos de propiedad, y externaron promesas de construir nuevos hospitales y escuelas, con un incremento de 12% a los gastos federales de infraestructura social para ese año.
Del Mazo, por su parte, entregaba en eventos multitudinarios las famosas tarjetas de “Salario Rosa” a mujeres de escasos recursos, con promesas de que se llenarían de dinero cuando se ganen las elecciones, mientras que las alcaldías priistas de 82 municipios colocaban pavimentación nueva, y el PRI movilizaba sus estructuras de compra de voto en las ciudades y las localidades campesinas.
El proceso electoral estuvo salpicado por acusaciones de compras de voto y acciones ilegales de campaña, las cuales no procedieron, bloqueadas por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), alineado con el PRI.
También se reveló que el proceso estuvo vigilado de cerca por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), entonces dirigida por Eugenio Imaz Gispert, brazo derecho del senador Miguel Ángel Osorio Chong, entonces secretario de Gobernación.
Y no solo esto: la misma agencia también ingresó en varias ocasiones en su plataforma Pegasus un número de teléfono que usaba entonces el propio Del Mazo. El número fue confirmado por el equipo del gobernador, quien no quiso ofrecer un comentario al respecto.
Junto al hoy gobernador, se ingresaron los números de su hermano Adrián Del Mazo Maza, Enrique Jacob Rocha, ex coordinador de campaña, y Ernesto Nemer Álvarez, quien el 20 de marzo de 2017 sustituyó a Rocha en la coordinación de la campaña.