Por Yoseline Arredondo
México, 12 May (Notimex).- Las enfermeras y enfermeros son los encargados de tomar la mano de aquellos pacientes solos con COVID-19 a punto de fallecer; también son de los profesionales de la salud más afectados en esta epidemia, señaló la enfermera del Hospital de Especialidades Belisario Domínguez, Sara Andrade Aviña.
De acuerdo con el ultimo reporte de la Secretaría de Salud, en México hay ocho mil 544 profesionales de la salud infectados con COVID-19. De estos, 41 por ciento pertenecen al personal de enfermería.
En el marco del Día internacional de la Enfermera, la también jefa de Servicio de Salud Reproductiva en dicho nosocomio dijo a Notimex que si bien los enfermeros y enfermeras ocupan aproximadamente el 80 por ciento de la base hospitalaria, este número se ha visto mermado.
Esto debido a que a raíz de la emergencia sanitaria por la epidemia de COVID-19, “muchas compañeras y compañeros han terminado contagiados”.
“Justamente hoy, aquí en el hospital tenemos una compañera enfermera en terapia intensiva que ha estado luchando por su vida”, mencionó, “ella estaba ubicada en el servicio de cirugía atendiendo a pacientes con COVID-19 desde un inicio y desafortunadamente dio positivo”.
Indicó que el trabajo de los profesionales en enfermería no se limita sólo en brindar atención médica a los enfermos, pues también se encargan de «ver al paciente antes que a la enfermedad, antes que a un diagnóstico”.
“Enfermería es quien más permanece al lado de los pacientes dándoles cuidados y hablándole a los enfermos que están sedados. Siendo sensibles en estos momentos, y hasta en algunas ocasiones aceptando agresiones” expresó.
Indicó que es muy triste ver a enfermeras y demás profesionales de la salud sufrir agresiones, cuando son un “gremio comprometido con la comunidad y el país. Siempre buscando el bienestar”.
“Es triste ver a compañeras golpeadas, que les escupen o que no les permiten la entrada a un lugar cuando están aquí arriesgando su vida para brindar una atención.
“Aquí (en el hospital) hemos optado por no portar el uniforme que nos hace sentir tan orgullosas. Antes la gente en la calle se acercaba y hacía alguna pregunta ya que sabía que la podías orientar, ahora parecería que se ha perdido esa confianza sintiendo que somos un foco de infección”, apuntó.
Andrade pidió a la población parar las agresiones hacia el personal de salud y también seguir las recomendaciones por parte de las autoridades para evitar más contagios, pues “ver morir a tanta la gente es un impacto emocional muy fuerte”.