Aparecen grietas hasta de 300 metros en ejidos de Atenco, alerta el FPDT

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Manuel Godínez
Contrapapel.- El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco alertó sobre la aparición de grietas en los ejidos de Atenco y a un costado de río Papalotla, las cuales, son parte de las secuelas que dejó el extinto Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM).

También se detectó que a un costado de la “autopista Texcoco-Pirámides”, obra complementaria al cancelado aeropuerto (NAIM), que se construyó afectando cinco de sus ejidos y de la que exigen su desmantelamiento.

El FPDT denunció el 13 de mayo, ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la aparición de grietas en el Río Papalotla, y desde entonces, la dimensión de las fracturas o grietas oscila entre los 100 y 300 metros de largo, con profundidades que van de uno a 5 metros, destruyendo a su paso, las parcelas cultivadas, ríos y caminos.

“La tierra que hemos defendido ya por dos décadas sigue sufriendo los efectos de la desecación y el despojo. Ahora vuelve a reclamar su razón de ser: un vaso regulador de la Cuenca del Valle de México y destino de los ríos Xalapango, Coxcacoaco y Papalotla”, expresó el Frente en un comunicado.

Asimismo, mencionaron que una de las grietas que apareció en el Río Papalotla, está absorbiendo toda el agua a una velocidad de aproximadamente 300 litros por segundo.

Además, lamentaron que pese a la instrucción girada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2019, el Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México (OCAVM) mantiene las obras “hidráulicas” del NAIM como el Canal Colector de los Ríos de Oriente, el cual, impide que el agua que corre por los nueve ríos de la región llegue a su destino.

Por lo anterior, pidieron al presidente, la cancelación y el desmonte de autopista “Peñón-Pirámides”; la cancelación y el desmonte del Canal Colector de los Nueve Ríos del Oriente; la restitución de las tierras ilegalmente tomadas para el cancelado NAICM y la restauración del impacto y destrucción ambiental.

“Operar la “autopista Texcoco-Pirámides en una tierra agrietada por la desecación es un grave riesgo para la población y la agricultura. Los únicos responsables de que se repita una tragedia como las que recientemente ha pagado con vidas el pueblo de abajo serán tanto las empresas e inversionistas como el mismo gobierno”, advirtió el FPDT.